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El Faro de Peñas
Croquis de zona Centro Interpretación Marina Entrevista con el Torrero

 

Peñas es el cabo más septentrional de Asturias, coronado por el Faro de Cabo Peñas que es el más importante y de más alcance del litoral asturiano que desde1852 es luz y guía de marinos.

En funcionamiento desde 1852 , se electrificó en 1946 . En 1951 se instaló una sirena, sustituida en 1977 . En 1956 se instaló un radiofaro y en 2003 una estación Dgps.

 

Sus características técnicas son:

Plano Focal sobre el nivel medio del mar: 119 m.

Plano Focal sobre el terreno: 19 m.

Alcance con buen tiempo: 41 Millas

Alcance con bruma: 18 Millas

Destellos: Grupo de 3 destellos.

Coordenadas:43º 39,330 N y 05º 50,926 W.

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Con anterioridad a 1852 se señalizaba con fuego, quemando troncos en una pantalla de piedras que iluminaba la noche en Peñas e indicaba el camino de vuelta a casa a los marineros. Esto también se hacía en las cercanías de los puertos como en Candás y en Luanco . Hoy en día el proceso esta automatizado e informátizado, no siendo necesaria la manipulación diaria.

Previo a 1847, cuando se aprobó el Plan de Alumbrado Marítimo de Las Costas Españolas, en Asturias no existía ningún faro; estatalizado el servicio y creada la Comisión de Faros, la costa regional será el lugar para el levantamiento de una de sus primeras realizaciones: el Faro del Cabo Peñas.

1929; su comienzo fué en 1925

Correspondía a uno de los 10 faros de primer orden proyectados para toda la península, Islas Baleares y norte de África, y pese a su localización, la meseta más saliente del cabo, se llegó a contemplar otra alternativa, la isla próxima de La Erbosa, desechada porque un tramo al este de la franja costera quedaría en penumbra por la interposición del promontorio.

En Septiembre de 1851 ya había torreros destinados a su cuidado, si bien en marzo de 1852 aún no estaba montado el aparato óptico y los técnicos no vivían en la señal. El 23 de enero de 1852 se comunica al farero principal por parte del Cuerpo Nacional de Ingenieros de Canales, Caminos y Puertos del distrito de León, Provincia de Oviedo, la llegada de los equipos. Firmado por Antonio Ruiz de Castaneda se dice en la carta:

“Debiendo de llegar al Puerto de Avilés la polacra goleta San Francisco, su patrón D. Vicente Segarra conduciendo a su bordo el aparato de ese faro, dispondrá usted que uno de los torreros pase a Avilés y me de aviso de la llegada de dicho buque tan pronto como se verifique en el concepto de que deberán permanecer en dicho puerto para la custodia del aparato.”

Placa de características de la optica, fabricada por la compañía Barbier, Benard y Turenne (B:T:T:) de París

La linterna iluminaría de forma oficial desde el 15 de agosto de 1852, era de sección poligonal de 16 lados, con cúpula doble de cobre y cada cara llevaba 5 cristales planos. Tenía por tanto 80 cristales con 16 montantes verticales y su altura era de 3,09 metros, siendo el diámetro de 3,5 metros como correspondía a un aparato de primer orden.

La lámpara utilizada era de mecanismo de relojería y mecheros de 4 mechas, usando sucesivamente varios tipos de aceite como combustible.
 

El aparato óptico fue construido por la casa francesa Henry Lapaute y englobaba 3 cuerpos: el superior, formado por 13 anillos catadióptricos repartidos en 13 canales; el cuerpo central formado por 16 lentes anulares dióptricas, y el inferior, por 6 paneles de anillos catadióptricos.

Al margen del edificio para la señal, el complejo de Peñas presentaba una particularidad poco habitual en los faros españoles, como era la de estar dividido en 2 partes. Al norte una casa de planta rectangular compuesta de 4 habitaciones, 3 para los fareros y otra para las visitas de inspección del ingeniero encargado; un patio descubierto y cerrado por 2 paredes laterales con puerta de acceso en cara de poniente que daba paso al otro cuerpo de planta circular de 11 metros de diámetro, situado 4 metros al sur. Ante la escasa capacidad de la vivienda, parte de este local se habilitó como estancia para uno de los fareros, añadiéndose una caseta exterior como cocina.

Según cuenta el libro de jornales de 1855-1856, el 9 de octubre de 1855 trabajaban en la obra 11 operarios, Diego Mori era el capataz y cobraba al día 10 reales; el resto, peones, recibían 5 al igual que el marinero Diego de Ovies. En la nómina de empleados se alternan momentos de gran actividad en los que llega a haber hasta una treintena de personas entre hombres y mujeres- habituales estas últimas como lo pone de manifiesto la relación de 15 vecinas que figuran el 17 de noviembre percibiendo la mitad del salario que sus compañeros-.los oficios dentro del tajo fueron distintos y a los ya mencionados cabe añadir el de carretero-desempeñado frecuentemente por Diego Quirós-, con yunta y carro que ganaba 12 reales, canteros y carpinteros.

Los materiales procedían de Luanco, Candás y Gijón; así, el 1 de noviembre se les asigna a varios marineros, a diferencia del resto de la plantilla su jornal porque “aunque llovió” y pese al temporal, se esperaban unas condiciones de bonanza presumiendo que saldrían con la carga desde el puerto de Gijón. En 1856 aún continuaban los trabajos y los salarios habían mejorado ligeramente.

Las dificultades orográficas para acercar los distintos objetos y materiales que precisaba el faro de Peñas desde localidades como Gijón fueron subsanadas en parte con la proximidad del puerto de Llumeres, al que fueron trasladados corrientemente los utensilios. Así, se conocen varios viajes con este motivo a Llumeres del vapor Fátima; por ejemplo, en 30 de agosto de 1870, el Cuerpo Nacional de Ingenieros señala al administrador de Aduanas de Gijón que se han de cargar en el vapor Fátima para su desembarco en Llumeres efectos destinados a la reparación del fao y la reposición del mobiliario de los torrero encargados. El 24 de abril de 1871 llegan en el vapor Monarca desde La Coruña dos lámparas mecánicas de primer orden para Peñas.

Desde distintos puntos llegaron remesas a bordo, por ejemplo de la lancha Primitiva, que portó 11 barriles de parafina para el “puerto más inmediato” a Peñas a fin de remplazar el aceite de oliva, el 18 de setiembre de 1879; o el vapor Piles, que condujo el combustible hasta Asturias para todos los faros de la provincia el 30 de julio de 1884.

   

Evidentemente uno de los suministros básicos para el funcionamiento de la señal, pero también más apreciados y hasta ansiados para el consumo doméstico, era el aceite. Sea por esta u otras causas, al Faro de Peñas se le dotó de armamento defensivo de pequeño calibre con el que se llegó a ahuyentar en enero de 1855 a “los amigos de lo ajeno”. El 8 de noviembre de 1852 se había remitido al farero desde la administración “carabina con sus bayonetas para que sirvan para la custodia del faro”.