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REACCIONES EXTRANJERAS

Los guerrilleros españoles en Francia, nada más enterarse de la detención de Cristino García y sus compañeros, organizan una gran movilización en todo el departamento, donde él era muy conocido por haber participado como jefe de los guerrilleros españoles en la lucha contra el ejército invasor alemán.

Movilizan a partidos políticos, sindicatos, asociaciones de todo tipo, autoridades, corporaciones municipales con los alcaldes a la cabeza y a una gran parte de la opinión pública francesa.

Organizan mítines, reuniones de información, recogen decenas de miles de firmas pidiendo su libertad, hacen veinticinco mil tarjetas con las fotos de Cristino, Castro y Medina, otras tantas de Cristino solo, con sus datos biográficos y la petición de: AYUDADNOS A SALVAR LA VIDA DE CRISTINO GARCÍA Y SUS COMPAÑEROS, dirigida al ministro de relaciones exteriores, Mr. George Bidault.

Hacen diez mil Bonos de Ayuda para sufragar los gastos de la campaña, que se ofrecen en los comercios, tiendas, talleres, a los que diariamente durante varias semanas, equipos formados por dos personas visitan explicando el motivo de la campaña, quién era Cristino García y por qué querían asesinarle.

Durante el mes y medio que dura la campaña, una pancarta de catorce metros de largo y metro y medio de ancho, atraviesa la calle principal de Nimes, capital del departamento, cuya inscripción en grandes letras escritas en francés dice: HACE DOS AÑOS, CRISTINO GARCÍA SALVÓ DE LA PRISIÓN A 29 PATRIOTAS FRANCESES. HOY CRISTINO SE ENCUENTRA EN PELIGRO DE MUERTE. AYUDADNOS A SALVAR SU VIDA.

Pero todo es inútil, los fusilamientos se llevan a cabo a pesar de la extensísima campaña internacional para conseguir detenerlos con protestas ante la ONU, observadores internacionales en el juicio, titulares en los principales periódicos extranjeros, telegramas de personalidades como Charles de Gaulle, Ernest Hemingway, Salvador de Madariaga, Pablo Neruda, Picasso, del Vaticano llegados al Ministerio de AA.EE. y directamente al propio Franco suplicando la paralización de los fusilamientos pero sin conseguir nada.

De lo admirado y querido que era Cristino en Francia da una idea el hecho de que el 22 de febrero de 1946 el Parlamento francés vota por unanimidad una moción presentada por los diputados De Menthon (demócrata-cristiano), Jacques Duclos (comunista), Edouard Derriot (radical) y Maurice Lacroix (socialista) que dice: «La Asamblea Nacional Constituyente recibe, con indignado dolor, la noticia de la ejecución de Cristino García y de sus compañeros de lucha, fusilados por odio a la libertad que poco ha habían defendido en nuestra tierra. La Asamblea traduce la protesta de la conciencia francesa ante esta nueva aplicación de métodos de represión condenados por el mundo civilizado. La Asamblea plantea de nuevo la moción planteada por ella el 17 de enero último, invitando al Gobierno francés a que prepare su ruptura con el Gobierno de Franco. La libertad nace siempre de la sangre de los mártires”.

El 23 de febrero, France Nouvelle publica: “ Liquidar a Franco, para nosotros los franceses, significa ejecutar a un enemigo”. Otros titulares, de Tele-Soir : “La ruptura con Franco no puede dilatarse más”, “Ni relaciones comerciales ni diplomáticas”, “La CGT contra Franco”, etc. El periódico Ataque , órgano del alto mando del Ejército Guerrillero, expresa a primeros de marzo: “ ¡Ánimo camaradas! ¡La hora de la libertad del pueblo está próxima!”.

El Gobierno francés concreta su repulsa por el asesinato de Cristino García con el inmediato cierre de la frontera, que duró casi dos años. Es éste el momento más crítico en las relaciones franco-españolas de la posguerra.

Francia presiona ante el Reino Unido y los EE.UU para que se tomen medidas contra el dictador, lo que conduce a la declaración de la "Nota tripartita" en marzo de 1946 en la que se expresa el deseo de la retirada pacífica de Franco, la abolición de la Falange y el establecimiento de un gobierno provisional para restituir la soberanía popular.

Un mes más tarde la presión de la Naciones Unidas sobre el régimen de Franco se acrecienta al ser declarado una amenaza para la paz y seguridad internacional instando a sus miembros a romper sus relaciones diplomáticas con España.

Esta presión culmina el 12 de diciembre de 1946, al aprobar la Asamblea una nueva resolución relativa a España, por la que

a) se excluye al Gobierno de Franco de los organismos internacionales de la ONU,

b) se recomienda al Consejo estudiar medidas apropiadas si en un "plazo razonable" no se había restablecido la democracia en España y

c) se recomienda a todos los Estados miembros la retirada inmediata de Madrid de sus representantes diplomáticos.

 

 

   
 

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